Martina tenía miedo, había llegado la noche…
Cuando salía la luna, Martina sabía que la mandarían a la cama.
Luego sus padres se irían a su habitación y se dormirían, incluso la televisión se callaría y empezaría a roncar.
Nadie, menos ella, escuchaba al monstruo…
Reflexión:
Si alguien te dice: "yo mataré monstruos por ti", lo normal
es que tú sientas como mínimo un poco de alivio. Al leer el título de este cuento adorable me sentí segura, me sentí niña y me sentí segura. No sé de qué me sentía insegura antes pero eso es lo de menos.
Sin importar los años que uno tenga, los
monstruos aparecen a cualquier edad y pueden vivir en cualquier rincón. ¡¡Están
por todas partes!!
El mensaje: "No te preocupes, yo vigilo mientras duermes".
La inocencia: Si tú me lo dices, yo me lo creo. Aunque al final el monstruo se me coma. Pero dímelo alguna vez, leñe!
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