lunes, 21 de octubre de 2013

EL OPTIMISTA MODERADO




—Déme un décimo, por favor —le indico al cieguito de La Once, ése que debe llevar siglos repartiendo suerte a la vuelta de la esquina—.Pero asegúrese de que sea el número ganador, sino no me vale, eh? —bromeo.
—Eso quisieran todos, señora.
—Pero yo no soy todos, oiga, yo soy yo…
—Y yo también soy yo, ¡y por muy especial que me sienta tengo que estar en esta pecera ocho horas al día!
—¡Vale, vale, no me cuente sus penas! ¡Que cada uno “aguante su vela” como decía aquélla! Déme mejor ése que termina en quince
y a ver.
—¿Y a ver qué?
—Y a ver si hay suerte, hombre, ¿qué si no?
—Suerte, dice, tiene gracia.
—Oiga, usted tendría que motivar a sus feligreses, no me jorobe,¡para eso le pagan! Mejor, déme ese otro que termina en cincuenta y cinco, ya me está haciendo dudar…
—La gente —expone el cieguito—, vive con su vana esperanza de ganar un sorteo para dejar de preocuparse por la crisis. Vienen

cada día convencidos de que les va a tocar tal número y no otro, ¿se da cuenta?
—Pues no. ¿De qué me tengo que dar cuenta?
¡Ponen su sueño en mis manos como si yo pudiera multiplicar los panes y los peces!
—¿No está usted exagerando?
—¿Exagerando? ¡Usted no tiene que tragarse su desilusión día tras día! ¡Esta crisis me está matando! Demasiado compromiso para mí… ¡Estoy hasta las pelotas!
—Perdón, ¿cómo dice? —exclamo con cara de pez fantasma.
—Luego —continúa el cieguito—, no les toca ni el reembolso, pero vuelven una y otra vez con la misma ofuscación, semana tras semana. Es insoportable. Son unos mendrugos idealistas. Si yo les digo: “éste es el bueno”, “éste seguro que toca”, ¡me creen como chiquillos! Luego se marchan y me quedo pensando: “¡otro imbécil!”. Creen a un pobre ciego que no ha tenido suerte en la vida... Incongruente, no? ¡La desesperación es lo que les empuja a invertir su poco dinero en esta basura!
—No diga eso. Usted vende ilusión, vende un rayito de luz…
—Vendo decepciones, señora, ¡sablazos!, si lo prefiere, vendo viento… Pero la gente regresa y yo me siento como un bellaco de tres al cuarto.
—Me está deprimiendo, caballero, y tengo prisa. ¡Déme el que termina en sesenta y tres y listo!
—¿Son los años que tiene usted?
—¡Pues no, señor!, ¡vaya grosería! En todo caso, son los euros que me quedan en el banco…
—Tenga, señora, ¡éste seguro que toca!
—¿Me toma el pelo? Viendo su fe en la suerte, casi prefiero que no diga nada… Me puede gafar el numerito.
—Váyase tranquila, ¡ése seguro que toca! —remacha con gesto depravado.
—Ah, pues mira qué bien, ¡adiós!
 

Al alejarme por la calle oigo a mis espaldas:
 

—¡Otra imbécil!
(www.novelabestseller.com)

miércoles, 16 de octubre de 2013

CUALQUIER COSA




Me estaba reclamando. Y eso que ando todo el día conmigo... Me he dicho, escribe cualquier cosa. Y aquí estoy, escribiendo cualquier cosa. "Cualquier cosa". Ala, ya está. ¿Y ahora qué? Ahora... sigue escribiendo más cosas y a ver. A ver... A ver qué? No sé, a ver, simplemente... ¿En qué andas?

Estaba viendo un video del cineasta Jared Jacobson sobre un cuento de Rosa Montero: Retrato de Familia. Un momento bonito como cualquier otro. Me gusta aprender. Me gusta mirar; casi quise decir observar. Estoy en contínuo movimiento. Hay tanto detalle por descubrir que apenas encuentro un segundo para dormir. Dormir, qué pérdida de tiempo pero qué mágico marcharse sin dejar de irse del todo. El mundo está repleto de cosas preciosas. ¡No doy abasto!

¿Sirve? Bueno, puede servir si a ti te parece bien. A mí me lo parece. Pues a mí también. Entonces estamos de acuerdo. Sí, lo estamos. Cualquier cosa habías dicho. Cualquier cosa.
POSTURITAS




Hoy he tenido clase de yoga. Hemos activado la glándula pituitaria y también hemos abierto el séptimo chakra, ha dicho la profesora. Todo nuestro cuerpo se ha sostenido en la cabeza de algún modo incomprensible. A mí lo que me ha dado ha sido mareo y dolor de cabeza pero si he abierto el séptimo chakra, significa que he conectado con mi espiritualidad y me he integrado con mi ser físico, emocional, mental y místico. 
Me turba pensar que he podido abrir esa puerta tan peligrosa; ¡las consecuencias podrían haber sido catastróficas! Conocer a todos mis "yos" al mismo tiempo es como pretender cruzar un puente de fuego sin achicharrarse...

Aparentemente esa puerta hoy estaba cerrada porque sigo viva y en mis cabales. De haber encontrado la llave la hubiera lanzado a un río sin pensarlo. ¿O tal vez no?

Seamos cautos. En cuestiones de cabeza, el yoga y las mates, para el que tenga ganas.

lunes, 7 de octubre de 2013

ESE VÍNCULO INVISIBLE TAN IMPRESCINDIBLE



Hacer el amor es una tontería; lo que cuesta es deshacer el amor. No todo el mundo puede con ese nudo, afortunadamente. Y mientras sea así, yo seguiré contigo. Porque somos indestructibles.