jueves, 25 de junio de 2015
MI BLOG CONTINUA EN...
Estoy metida en un sueño que espero que no sea utópico: crear un Club de Arte en mi pueblo. Un concepto de Club muy abierto y generoso, que no se limite a una franja horaria reducida o a precios muy elevados. Un concepto de Club que salve a las personas de este contexto tecnológico tan estridente y abrumador que nos ha tocado vivir, y que nos aisla. Un concepto de Club que enseñe a "mirar" nuestro alrededor, que enseñe a pensar, que ayude a las personas a sacar lo mejor que llevan dentro y sobretodo que permita sumergirnos en cualquier tipo de arte, según lo que a uno le llame. Tengo muchas actividades pensadas para que este Club esté vivo, como un organismo que camina y se alimenta, y crece.
Para eso he iniciado un blog en el que voy a ir anotando mis pasitos, porque no es fácil, porque lo estoy haciendo con muy poquita gente a mi alrededor, porque tengo muchas dudas aún de cómo se inicia uno en esto de la emprendeduría. Por eso estoy trabajando a través de BCN Activa, de información que voy sacando de internet, de gente que está metida en el asunto, pero todo desds abajo, con humildad, como se construyen siempre las grandes pasiones, pasito a pasito.
Este blog continúa en el blog de mi proyecto, porque ahora estoy en esa etapa loca de emprendedora que no me deja dormir y casi no me permite comer, y que se trata de buscar financiación para proyectar este increíble plan creativo que algún día se expandirá por las grandes ciudades; porque el arte volverá a nosotros, porque nos cansaremos de depender de las máquinas, porque nos gusta simplemente vivir, y mirar, y expresarnos, y conocer gente interesante, y entender el mundo que nos rodea, y descubrir gente fascinante que ha pasado antes por aquí, y porque hay que darle una vuelta a todo, que está muy carcomido. Está todo muy feo y muy violento. Necesitamos arte. Necesitamos artistas. Necesitamos vida. Somos simples.
Creo que este verano va a ser fascinante, lleno de novedades y sorpresas.
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martes, 12 de mayo de 2015
RECOMIENDO...
Se me ha ocurrido que voy a intentar poner los libros, cuentos, cómics, etc. que vayan cayendo en mis manos. Los tesoros hay que compartirlos. Libros bellos, ahí van:
El primero es: SERRATOLOGÍA, un estupendo libro con bellas ilustraciones de Carlos Cubeiro que explican las canciones de Serrat y muchas curiosidades de la vida de este gran artista. A través de sus propios comentarios, este libro pretende rendirle un homenaje por su sensibilidad y sus 50 años cumplidos. Precioso libro: dibujos y texto.
Este libro fue un regalo de mi chico en Sant Jordi porque sabe que Serrat es para mí un eterno imprescindible. De niña estuve enamorada locamente de la magia que desprendía, de su dulzura, de sus canciones, y pasaba horas escuchando su disco a la vez que miraba encandilada las fotos de un jovencísimo Serrat.
Con doce años le mandé una carta de amor que, digo yo, jamás le llegaría porque nunca respondió. En cualquier caso me quedan sus letras y ahora este libro tan bonito que miro y remiro:
El segundo libro es MANABÉ SHIMA de Florent Chavouet. ¡Qué divertido! Las ilustraciones geniales denotan un gran sentido del humor del autor y los comentarios de esta historia aún más.
Un chico joven se va a una isla japonesa a dibujar y acaba integrándose entre los habitantes singulares del lugar. Tiene muchos detalles para estar horas mirando y sonriendo.
"Manabé Shima, una isla de la que se habla poco pero donde se crían muy bien los peces..."
El tercer libro: la historia te atrapa desde el primer momento: Come prima de ALFRED.
"A finales de los años 50, los hermanos Fabio y Giovanni se ponen al volante de un Fiat 500 para iniciar un viaje de hondo significado. Giovanni ha convencido a Fabio de honrar la memoria de su padre y para ello se dirigen a Italia, su tierra natal."
Una historia muy visceral que parte de sentimientos ocultos y entresijos familiares. Las ilustraciones muy expresivas, la composición es exquisita. La historia te conmueve alucinantemente y te sientes parte de ella. El final pura nostalgia; te sientes pequeño, grande, emocionado....
Muy muy recomendable!
¿Y qué fue del perro?
El primero es: SERRATOLOGÍA, un estupendo libro con bellas ilustraciones de Carlos Cubeiro que explican las canciones de Serrat y muchas curiosidades de la vida de este gran artista. A través de sus propios comentarios, este libro pretende rendirle un homenaje por su sensibilidad y sus 50 años cumplidos. Precioso libro: dibujos y texto.
Este libro fue un regalo de mi chico en Sant Jordi porque sabe que Serrat es para mí un eterno imprescindible. De niña estuve enamorada locamente de la magia que desprendía, de su dulzura, de sus canciones, y pasaba horas escuchando su disco a la vez que miraba encandilada las fotos de un jovencísimo Serrat.
Con doce años le mandé una carta de amor que, digo yo, jamás le llegaría porque nunca respondió. En cualquier caso me quedan sus letras y ahora este libro tan bonito que miro y remiro:
El segundo libro es MANABÉ SHIMA de Florent Chavouet. ¡Qué divertido! Las ilustraciones geniales denotan un gran sentido del humor del autor y los comentarios de esta historia aún más.
Un chico joven se va a una isla japonesa a dibujar y acaba integrándose entre los habitantes singulares del lugar. Tiene muchos detalles para estar horas mirando y sonriendo.
"Manabé Shima, una isla de la que se habla poco pero donde se crían muy bien los peces..."
"A finales de los años 50, los hermanos Fabio y Giovanni se ponen al volante de un Fiat 500 para iniciar un viaje de hondo significado. Giovanni ha convencido a Fabio de honrar la memoria de su padre y para ello se dirigen a Italia, su tierra natal."
Una historia muy visceral que parte de sentimientos ocultos y entresijos familiares. Las ilustraciones muy expresivas, la composición es exquisita. La historia te conmueve alucinantemente y te sientes parte de ella. El final pura nostalgia; te sientes pequeño, grande, emocionado....
Muy muy recomendable!
¿Y qué fue del perro?
jueves, 16 de abril de 2015
40
Estoy como eufórica. Estoy de una vitalidad insultante; como si hubiera sabido hace diez minutos que voy a morir mañana y cada segundo valiera el paraíso. Felicidad? Locura? Ambas? Ninguna?
Son mis fastidiosos e incómodos 40 que están a la vuelta de la esquina y me perturban como cuando me viene la regla.
A finales de Octubre llego a los 40 y no sé cómo se gestiona eso con lo que voy trabajando en el asunto con bastante antelación. ¿Qué tengo que hacer?, ¿dónde tengo que ir? ¿Me cambio el pelo? ¿Me apunto a una maratón? ¿Rebiento un rato? El otro día me levanté y enseguida intuí que iba a sufrir un brote psicótico de esos.
- Cariño, creo que me he cansado del Tatami. ¿Por qué no compramos una cama normal? Puede ser de esas románticas, o...
- Cielo, estás delirando.
- Tengo ganas de cambiar algo en mi vida pero no sé qué... la vajilla, el marido...
- Por qué no te cambias de bragas...
Lo sé, sí, tengo doble problema: soy mujer y voy a cumplir 40. Todo se me junta. Me he transformado en un monstruo que quiere vivir eternamente los 39 sintiendo, mirando, escuchando, corriendo, alucinando... Ya lo tengo decidido: voy a dar el gran paso recuperando mis quince prestados, si me dejan, durante el año en curso, para no llegar a la madurez tan aturdida y/o desaliñada. Seré una rebelde, una boba, una ilusa, una completa salida y una idiota.
Inevitablemente ese esquema se rompe cuando aparecen ellos con su insolencia, su energía desbocada, sus pataletas y sus ingenuidades más puras y bellas:
- Mamá, estoy malito porque tengo virus.
- Te encuentras mal? Qué te pasa?
- Adri me ha dicho que si tocas el suelo te contagias de virus.
- Ah, ya comprendo... -resuelvo mientras mis labios dibujan una mueca empática.
- Hoy, en el cole, he tocado un tubo de la pared y tengo virus en las manos.
- En casa te lavas las manos y listo, fuera virus feo.
- Mamá, de qué color es el virus? La mamá de Adri dice que son invisibles.
- Pues, no sabría decirte el color, son tan pequeñitos que solo se pueden ver a través de ciertos aparatos y...
- ¿Entonces es verdad que existen? Corre mamá, que quiero lavarme las manos en casa y quitarme el virus!
- Espera, que atropello a la abuela y atravieso la montaña... No hay tiempo que perder...
Esas son las conversaciones surrealistas que tengo con mi hijo de cinco años. Es nuestro submundo, más allá de las fronteras de la realidad, por donde también pasaron El Principito y otros románticos. Qué rápido me devuelve a la condición de madre este niño. Estoy atrapada en un conflicto de mujer coherente en público y de doncella libertina cuando nadie me ve. Eso van a ser mis 40, ya lo estoy viendo, un absoluto garabatías.
(Ilustraciones de Margaux Motin)
Son mis fastidiosos e incómodos 40 que están a la vuelta de la esquina y me perturban como cuando me viene la regla.
A finales de Octubre llego a los 40 y no sé cómo se gestiona eso con lo que voy trabajando en el asunto con bastante antelación. ¿Qué tengo que hacer?, ¿dónde tengo que ir? ¿Me cambio el pelo? ¿Me apunto a una maratón? ¿Rebiento un rato? El otro día me levanté y enseguida intuí que iba a sufrir un brote psicótico de esos.
- Cariño, creo que me he cansado del Tatami. ¿Por qué no compramos una cama normal? Puede ser de esas románticas, o...
- Cielo, estás delirando.
- Tengo ganas de cambiar algo en mi vida pero no sé qué... la vajilla, el marido...
- Por qué no te cambias de bragas...
Lo sé, sí, tengo doble problema: soy mujer y voy a cumplir 40. Todo se me junta. Me he transformado en un monstruo que quiere vivir eternamente los 39 sintiendo, mirando, escuchando, corriendo, alucinando... Ya lo tengo decidido: voy a dar el gran paso recuperando mis quince prestados, si me dejan, durante el año en curso, para no llegar a la madurez tan aturdida y/o desaliñada. Seré una rebelde, una boba, una ilusa, una completa salida y una idiota.
Inevitablemente ese esquema se rompe cuando aparecen ellos con su insolencia, su energía desbocada, sus pataletas y sus ingenuidades más puras y bellas:
- Mamá, estoy malito porque tengo virus.
- Te encuentras mal? Qué te pasa?
- Adri me ha dicho que si tocas el suelo te contagias de virus.
- Ah, ya comprendo... -resuelvo mientras mis labios dibujan una mueca empática.
- Hoy, en el cole, he tocado un tubo de la pared y tengo virus en las manos.
- En casa te lavas las manos y listo, fuera virus feo.
- Mamá, de qué color es el virus? La mamá de Adri dice que son invisibles.
- Pues, no sabría decirte el color, son tan pequeñitos que solo se pueden ver a través de ciertos aparatos y...
- ¿Entonces es verdad que existen? Corre mamá, que quiero lavarme las manos en casa y quitarme el virus!
- Espera, que atropello a la abuela y atravieso la montaña... No hay tiempo que perder...
Esas son las conversaciones surrealistas que tengo con mi hijo de cinco años. Es nuestro submundo, más allá de las fronteras de la realidad, por donde también pasaron El Principito y otros románticos. Qué rápido me devuelve a la condición de madre este niño. Estoy atrapada en un conflicto de mujer coherente en público y de doncella libertina cuando nadie me ve. Eso van a ser mis 40, ya lo estoy viendo, un absoluto garabatías.
(Ilustraciones de Margaux Motin)
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