miércoles, 21 de diciembre de 2011

GRACIAS POR LA FELICITACIÓN DE NAVIDAD,
me encanta!!!


Cuento de Eva (Historia de Harry & Sam)
Dedicado a sus papis y a su hermano
 

Ahí va la historia a pasitos...













De hecho, Harry se fue a vivir con una familia vecina, y Sam... Bueno, Sam todavía ronda por casa de los abuelos. Tiene ya 12 años y es un gato muy feliz!!


Gato Sam con mi niño Michel cuando tenía 2 años.


martes, 20 de diciembre de 2011

jueves, 15 de diciembre de 2011



1 de Octubre de 2009

Una mañana de otoño, recién empezada la estación, esa mujer se encuentra en su casa, tecleando en el ordenador, como siempre, con el pelo revuelto y en pijama. Acaba de desayunar sus cereales con leche y además ese bollito prohibido que no debería. Está pensando en ducharse pero la pereza le inunda los deseos. Se sienta en frente del ordenador y teclea. Teclea y teclea durante un buen rato, hasta que siente ganas de hacer pis y eso rompe el momento de inspiración.

Lleva un mes en casa, de baja. Está embarazada de casi nueve meses. Echa de menos el trabajo y socializar con sus compañeros de la oficina. Hay un niño dentro de su vientre, su segundo hijo. El primero cumple dos años aproximadamente en un mes con lo cual se llevarán un par de veranos de diferencia. La madre pensó que llevándose poco harían migas. Esa fue la razón de la prontitud del segundo. El papá no pudo estar más de acuerdo.

Mientras cae la gota fría en España y hay Tsunamis en el Caribe, ella está en su casa tranquila, ajena al mundo. Y ausente. El tiempo se ha detenido. Parece que ese mundo del revés que sacan en las noticias a todas horas cae lejos de su avenida y de su paz interior. Parece un mundo soñado, ojalá lo fuera, pero en las calles hay una crisis financiera verdaderamente importante. Hay millones de personas desorientadas y pasando penurias, sin un euro para comer.

“Cómo debe ser vivir así? Y si encima tienes hijos?” 

Poner las noticias de la tele o comprar un periódico le enerva porque todo son miserias y desgracias: muertos aquí, víctimas allá, adversidades arriba y más decadencia a la vuelta de la esquina. “Quién ha matado a quién esta vez?” Cuando lo piensa se le agota el corazón, que late sin más, por inercia. Le hostiga ver que la gente disfruta con las corridas de toros, le agobia que Zapatero y el barbas se comporten como críos de guardería en vez de hacer algo útil por la gente. “¿Por qué Rajoy tiene la mirada huidiza?” Piensa que eso le quita mucha veracidad. No se cree nada de lo que dice. Le mira con la ceja alta, incrédula. “¿A quién pretende convencer?” Mientras estas dos marionetas montan su espectáculo y pelean por ser líder, millones de niños pasan hambre y frío. Pensar eso le cabrea. “En menudas manos estamos… qué miedo"

La mujer se llama Blanca. Blanca piensa a veces en todo lo que podría resolver en el mundo si tuviera una oportunidad. Pero se siente granito de arena. Impotente. Sueña a veces con un chasquido mágico de sus dedos. Y plaf! el mundo del derecho. Sigue soñando, Blanca...

Su bebé se llamará Marco. Tendrá una manchita oscura en mitad del pecho, los ojos verdes y ese pelo castaño y revuelto de su madre.

martes, 6 de diciembre de 2011

DOS MAÑANAS DE BUENOS DÍAS




Cuando te levantas por la mañana y lo primero que notas es un cuerpo frágil y tierno pegado a tu nuca y otro más, debajo de tu nariz, impidiendo inspirar y expirar correctamente, recuerdas que ser madre es no poder cambiar de postura en la cama o no poder leer con calma durante media hora cuando sale el sol. De repente abren un ojo y ahí se rompe el silencio de todo el día. A dos centímetros una sonrisa repleta de dientes de ratón me reta a un pulso. A medio metro, un bebé grandote me tira su chupete a la cara para hacerme entender que con el primer rayo de luz quiere llenar el buche. Vale, vale, ya voy, ya me levanto. Carajo, no me dejan ni despertarme como dios manda, todo es a trompicones, todo son saltos en la cama. El mayor baila porque se está haciendo pis. Ves al baño, corre, no esperes al último minuto! Lo siguiente es un charco justo al lado del WC porque efectivamente se ha bajado el pijama y no le ha dado tiempo a más. Esas son las mañanitas de mi vida. 


Pero el puente de la Constitución es la tregua de fin de año. Los colegios cogen días de libre disposición y tenemos niños en casa toda la semana. Solución? a casa de los abuelos! Un par de días, sin agobiar, con medida, que luego encima les echo de menos y me siento culpable. Hoy es el segundo día de ese par de días. Hoy es la segunda mañana de ese par de mañanas libres, donde no hay un alma que me turbe el sueño, que se haga pis, que se mueva más de lo debido, que asfixie mi espacio vital. Hoy es el relax del año. Me he levantado a las 10 menos algo. Lo más tarde que mis entrañas se han dejado llevar. Lo normal es a las 7 o a las 8.  A esa hora mi marido se pone un atuendo para ir a correr por el  pueblo. Yo lo tengo claro, mi librito, mi cama, mi media hora sagrada. Estoy ahí, tapada hasta la barbilla. Llevo dos capítulos del tirón, sin sentir que se me cierra el ojo como cuando leo por la noche. Todo va bien. Mi marido ya anda escopeteado por las calles, para arriba y para abajo, resoplando como un toro cansao. El silencio es un consuelo infinito. De repente en el piso de abajo se oye un ruidillo que va aumentando y va aumentando hasta hacerse insoportable. La alarma de su móvil está sonando, él  no está, yo no tengo ganas de salir de la cama en este día de relax anual. El ruido asesino se para. Ah, bueno, ya está. Dos segundos después se inicia de nuevo. Cuando los decibelios empiezan a retumbar en mi cabeza, entre línea y línea ya no me concentro. Salgo de la cama con resignación y bajo las escaleras farfullando como un dromedario. Le doy al botón de Omitir. Mmm ya estoy en la cocina, tengo hambre. Una madalena, un yogur de Micky Mouse, y voy a ver qué pone la panda en Facebook. Ah, voy a responder, hombre. El sol se entrega por mi derecha. El radiador necesita purgar sus intestinos a mi izquierda. El librito está sobre mi cama esperando mi regreso. Dejo dos líneas en mi blog literario y subo. Sin falta. Hoy es un día sagrado.


He quedado a comer con mi hermana y su chico. Por la tarde recogeré a mis dos monos de casa de los abuelos. Ayer el mayor me llamó porque tenía mamitis. Mama quiero mi casa, me decía. Quiero la mama y el papa. Hijo, mañana te voy a buscar sin falta vale? No, mama, mañana? Sí, hijo, tu papi y yo vamos al cine hoy. Por qué no haces un puzzle con la abuela? Ya hemos hecho el puzzle, he terminado el puzzle. Bueno pues mira un poquito la tele y si te portas bien mañana te traigo un regalito. Un regalito? Le cambia el tono de su voz. Sí, qué te gustaría que te llevara? Un coche de carreras. Hijo, tienes millones de coches de carreras... Quiero uno azul y rojo. Buf, pienso. Encima personalizado. Bueno, veo a ver qué puedo hacer. Dale un poco la vara al abuelo hijo, así se te pasará el tiempo más rápido. Mañana voy para allá. Un besito mi amor. Xuic se oye al otro lado. Adios mama. 


Luego un cine corriendo. La mama y el papa van a cenar al mexicano de Mataró Park. La misma mesa del mismo rincón. Nuestra mesa por favor, siempre la misma. Es esa de ahí. Es la costumbre ya. La camarera nos mira con ternura. Donde quieran niños, nos dice con acento mexicano. Unas enchiladas, una ensalada de aguacate, un brownie de chocolate con helado de vainilla. El cielo divino. Todo es perfecto. Un besito y al cine. Jane Eyre. A media película mi marido empieza a renegar mediante ligeros suspiros y miraditas de reojo. Tanto romanticismo roza la histeria. El señor de la casa se enamora de la institutriz de la niña. Ella es muy seria y distante pero siempre tiene la frase adecuada en la boca y a él eso le vuelve loco. Ella nunca parpadea. Es insolente de pupila. Él no está mal, es interesante. Se prometen amor bajo un árbol en la escena más empalagosa desde lo que El viento se Llevó pero a mí me encanta. Me meto en la piel de ella y vivo ese momento exagerado e irreal. Ese amor de cartón piedra. Me dejo llevar como una mujercita tontorrona del SXIX. Me enamoro en la película. Me beso con ese tipo. Me llega el bufido lateral de ahogo de mi marido. Ni caso. Los protagonistas siguen besándose. Sopla un viento de repente. Y ese viento? Es cierto que es más romántico un beso con brisilla pero ahí casi les azota el huracán! Dale, no importa, cuánto amor! Enamorarse en las películas, frente a la gran pantalla, y durante un instante, te hace olvidar las noches sin dormir, las paredes pintadas de rotulador rojo, los pises insalvables, los "mama tengo hambre" y "mama no me quiero duchar". Ahí está mi ratito de escape. Como un pedo retenido cien años y que por fin retumba sin cadenas. 


Dos días sin niños equivale a escuchar el Requiem de Mozart en la maravillosa basílica de Santa María del Mar y volar al mismo tiempo. Pero cómo quiero a esos monos de feria! Estoy loca por ellos!

jueves, 1 de diciembre de 2011

LAS MANZANAS ENCANTADAS DE MAMÁ CONEJO




En un bosque apartado y desconocido, donde nadie puede llegar fácilmente, viven cientos de animales anónimos. Algunos grandes y otros menos grandes, de hocicos bigotudos, orejas interminables o colitas espesas. Ahí está mamá conejo y sus niños, más allá Zorrillo Porrillo que va contentillo, también ardilla Pilla y el gordito de cola rizada, que viene, no muy contento, de pedir un crédito en el banco porque tiene mucha, mucha, mucha hambre.




Mamá conejo va con sus cuatro niños al prado de violetas, al otro lado del bosque, para coger manzanas y hacer una fabulosa tarta. Será una tarta muy especial. ¡Es el cumpleaños de Papá conejo! Papá conejo ha ido a la oficina muy temprano y no volverá hasta que el cielo oscurezca. El colegio está cerrado y el día es espléndido. Por eso, todos van a colaborar en los preparativos.


Por el camino invitan a todos los vecinos. -¡No faltéis!- grita mamá conejo.




Papá conejo cumple una edad complicada y se ha levantado de mal humor. Tras tomarse el café y sus pastillas contra la caída de pelo se ha marchado con la chaqueta del revés y los calcetines rosas de Mamá conejo. 


-¡Papá está cruzadísimo!- 


Papá conejo querría ser siempre pequeño y no tener dolores de cabeza. Por eso, mamá conejo le quiere sorprender por la noche, para que vuelva a estar de buen rollo.


Ahí está Michelito pastelito posando para una foto de mamá conejo. ¡Es un presumido!




Ahí están Marquito terroncito y Ferranillo pepinillo recogiendo el aperitivo para papá conejo y los invitados.




-¡Que no falten las zanahorias, que haremos un gran zumo para todos! -dice mamá conejo- Espero que no venga Colita Rizada, que se lo zampará todo!-




Tras el paseo vuelven a casa para preparar los manjares. ¡Debería estar todo perfecto!






Antes de que llegue papá conejo aparecen los invitados, con sus mejores galas y sin regalos, porque son un poco tacaños...




Papá conejo está de vuelta ya. Tiene los bigotes torcidos y las orejas de punta. -Cuidado, niños, que papá no tiene el día!




¿Cuál será la sorpresa de mamá conejo? Las mujeres siempre tienen un as en la manga. Mamá conejo está tranquila y sonríe. -¡Parece que Papá conejo todavía lleva la chaqueta del revés!-


De repente Papá conejo se detiene y huele un aroma embriagador. Y se sorprende al comprobar...




...que su fabulosa esposa le ha preparado canelones con setas y su tarta de manzana especial, que no se sabe cómo la hace, pero siempre le hace sentir bien. 


Como dice Ferranillo Pepinillo: ¡Las manzanas de Mamá conejo están encantadas!-




(A esa gran familia, al otro lado de la montaña. Me gustó mucho veros!)