miércoles, 25 de abril de 2012

El primer domingo de Mayo
Día de la madre


Esa mujer nos moldeó durante 9  meses y  luego nos dejó volar. Dijo: -Ala, a volar pajarillo, vuela vuela!! cuidado con esa ramaaaa!!! más a la derecha, arribaaa!!!-
Y,
PATAPUM! 
A volver a empezar. Entonces dijo: - Ese ha sido tu primer bache de una larga cadena de baches. La buena noticia es que a cada bache tú te harás más fuerte. La mala es que yo me haré más bajita.

A mis dos niños perfectos:
"Seguiré vigilante aunque dejéis de ser mis polluelos de teta, sólo para que no olvidéis que sigo detrás y que no decaigo en mi empeño de ayudaros a encontrar eso que llaman felicidad." Mamá


Por cierto...

"Mamá, ya tengo tu regalitoooooo!!!!!"


¡Nos vemos el 6 de Mayo!

martes, 24 de abril de 2012

SANT JORDI - Loc@s de libros



La rosa es un clásico. La flor como flor me gusta pero las flores vestidas de gala me resultan pomposas y chillonas. Una flor es bonita en sí misma, no necesitas rociar producto azul sobre sus pétalos o ponerle purpurina. El resultado es un montón de flores ultrajadas. Pero me gusta la rosa como flor, me gusta. Me fastidia no obstante, que sea una obligación regalarla un día en concreto y no todos los días por otras miles de razones. Me molesta el consumo exacerbado de la masa. Odio ser hormiga en hormiguero. Vamos a hacer lo que todos hoy porque hoy es hoy. Mañana nos olvidamos del amor y seguimos nuestra rutina. Hoy vamos a sucumbir a los encantos de la farsa romántica. 


Bienvenido San Jordi, estamos todos en el puesto de salida. Al oír el disparo todos correremos a sacar dinero de La Caixa para darnos un gusto literario.


Aún así, no me he puesto las botas. He sido comedida. Quería aprovechar el momento para comprar un libro divertido a quien yo sé. No iba en busca de drama o  suspense. Sólo de entretenimiento gustoso. Encontré este libro y me pareció perfecto. El tipo de la foto es auténtico, me vale. Además, estoy totalmente de acuerdo: a los cien años tenemos toda la vida por delante. 


Allan Karlsson, el protagonista, decide largarse por la ventana el día de su cien cumpleaños. Un abuelo sin prejuicios que no está dispuesto a renunciar al placer de vivir. Comprensible. Lo compro.


Por entre el revoltijo de cuentos que se esparcían sobre los tenderetes se me escapaban los dedos, traviesos. Las ganas de llevármelos todos a casa incrementaban a pasos agigantados. No obstante me contuve. Sólo elegí un cuento. Sólo uno, ése que me fascinó más que los demás por alguna razón intestinal. Como siempre, algo te llama desde dentro. Y me dije pues éste tiene que ser. No conocía al autor, a primera vista parece japonés. Jimmy Liao.




Nació en Taipei (Taiwán) en 1958.
Es lienciado en Bellas Artes. Después de una brillante trayactoria en el mundo de la publicidad, una leucemia le obligó a replantearse la vida: a los cuarenta años, abandonó su empleo en una agencia para dedicarse exclusivamente a escribir y dibujar sus propias historias, dirigidas tanto al público infantil como al aulto. Al día de hoy, Jimmy ha publicado veintidós libros, que han sido traducidos al inglés, francés, alemásn, griego, japonés, coreano y español, entre otras lenguas. Varias de sus obras, además, han sido adaptadas al cine. Sin duda, es el ilustrador asiáticp más conocido del momento.
(reseña sacada del editorial Barbara Fiore)





El año en que el ángel se despidió de mí en la boca del metro, poco a poco, yo había ido perdiendo la vista.


Una mañana de otoño, el día que cumplía quince años, mientras fuera lloviznaba y después de haberle dado de comer al gato, a la seis y cinco, me encaminé hacia el metro. 




Me perdí entre el gentío de un vagón.


A menudo me adentro, sin pensar, en una ciénaga neblinosa y no sé qué hacer para salir del fango. 


Desde hace cinco años, en Los Jardinets de Barcelona, vienen los ilustradores a firmar sus obras.


Carme Solé


Mónica Gutiérrez



 Volveremos el año que viene a caer en la trampa de la fiesta. Volveremos a comprar esa rosa en esa multitud de rosas, buscando la más sencilla y la más barata. Haremos lo que toca. Pero aprovecharemos la ocasión para revolver cuentos y descubrir algún ilustrador nuevo que dibuje caperucitas perdidas en medio de una chopera muy realista.

miércoles, 18 de abril de 2012

TU INFANCIA EN MIS MANOS




¿Mamá me cuentas un cuento?


Érase una vez un mundo que recorrer, que explorar...


En ese mundo hay un punto de salida y uno de llegada. Esperamos que el de llegada esté lejos, que parezca inalcanzable, que quede mucho, que se demore, que nos deje tranquilos una buena temporada. 


Las cosas son irremediablemente así, un día venimos y un día nos vamos, y lo del medio es lo único que cuenta, lo que le da sabor, lo que llamaríamos, para que tú me entiendas, el jamón del sandwich.




Generalmente, en el transcurso de una vida hay varias etapas. No las conoces bien hasta que no las tocas con la mano pero, a veces, casi se puede advertir el misterio de cada una de ellas alargando el cuello y simplemente mirando a nuestro alrededor. 




Está la etapa de la niñez, que es la tuya, que es la más bonita y la más corta aunque extrañamente nos parece que ha sido larguísima pero no porque sea un tostón sino porque está repleta de anécdotas y descubrimientos. En esta etapa de tu vida tenemos todas las horas del reloj a nuestros pies, brillando, relucientes, invitándonos a pasar y ver el espectáculo. Todo es sencillo, el blanco es blanco y el negro es negro. No hay grandes preocupaciones, basta con jugar y aprender. No entendemos los grandes conceptos. No advertimos las catástrofes que nos rodean. No hace falta. En tu mundo nada es cierto. Todo es como tú lo imagines. No hay que comprender los entresijos. Si te caes te levantan, con eso basta. Estás protegido.


Es esta etapa a la que querríamos aferrarnos toda la vida pero dura un instante y luego ya no está y se echa de menos. 


La niñez es un revoltijo de diapositivas en sepia. Es lo que queda que nos confirma que vivimos durante un tiempo como gnomos de jardín. Las mesas son muy altas, el cielo infinito, los zapatos siempre están llenos de arena, la lluvia resulta divertida (cuando dejó de serlo?), tus rodillas siempre están peladas, las manos son pequeñas y torpes. Todo se rompe fácilmente aunque los sueños son siempre mágicos.




Hay que asegurarse de que un día esas fotos serán nostálgicas porque fueron instantes perfectos, porque lo recuerdo y me gusta como me siento. 



Cuando mirar hacia arriba era transformar nubes en cosas.



















Cuando eras tan alto como el perro de tu tía.



































Cuando caminar era divertido sólo si crujía el suelo.


Mi trabajo es asegurarme de que tu infancia tenga valores donde agarrarse, donde protegerse. El núcleo ya lo tienes, una familia que te recuerda quien eres y de donde vienes. 


Ahí están algunos de esos momentos ya, clasificados, archivados y bien guardados para que no se pierdan nunca.



No quieras crecer demasiado deprisa. Saborea tu niñez mientras puedas. Las otras etapas las dejamos para más adelante.

lunes, 16 de abril de 2012

EL MISTERIO DE VIOLETA
(Post dedicado a mi sobrinilla V.)


¿Qué hay dentro de esa casa violeta? 




Hay libros violetas que no pasan desapercibidos...




Hay cuentos que hablan del color Violeta o de personajes que se llaman Violeta o de cometas violetas. 






¡Anda! el Nino...






También hay libros con el aura violeta o las letras violetas o el punto de libro de color violeta.


A veces hasta la ilustradora se llama Violeta!






 Ilustradora: http://violetalopiz.blogspot.com.es/

Pero si seguimos por el pasillo violeta hasta la habitación del mismo color, al fondo a la izquierda, y nos asomamos con sumo silencio, descubriremos el misterio de por qué la casa, los libros, los cuentos, el marcapáginas, las ilustradoras e incluso los sentimientos son violetas.


Buena la has armado Violeta!


Que cómo lo sabía? Fácil, porque soy su tía...

viernes, 13 de abril de 2012

SER O NO SER



No os voy a engañar. Últimamente, como atraída por algo invisible que me perturba, todo me conduce a un hombre, Steve Jobs. Supongo que me inspira su fuerza, sus ganas y lo claro que tuvo siempre hacia donde iba, a pesar de haber cometido errores en su carrera. Qué grande!


Ese hombre, tan capaz, que hoy ya no está, me ha tenido en un limbo extraño los últimos días. Ha sido mi inspiración y mis momentos de fuga consciente frente a ventanas huecas. Se me hace un mundo pensar en él. Ahí estaba comiendo sólo fruta y atropellándose para llegar más y más lejos. Y atropellando si cabe, al prójimo. 


Steve Jobs era un genio. Steve Jobs era cruel también porque veía posibilidades que otros no veían y eso debe dar mucha rabia. Era extremadamente ambicioso pero sabía transmitir sus emociones, aunque fuera bruscamente, aunque fuera muy bruscamente. Hoy va mi post por él porque es de admirar haberle tenido ahí fuera durante un tiempo. El tiempo suficiente para hacer historia.


Hay algo que me gustaría dejar pegado en este muro para los que no hayan tenido la suerte de leerlo, pensarlo o soñarlo. Su manera directa de decir grandes verdades. 


Yo me quedo con ésta porque me siento completamente identificada:


"Tienes un tiempo limitado y no hay que perderlo viviendo la vida de otro. No quedes atrapado en el dogma de vivir con arreglo a los parámetros de lo que otros piensan. Que el ruido de las opiniones de los demás no acalle tu propia voz interior.
Y lo más importante: ten el valor de obedecer a tu corazón y a tu intuición que saben, en cierto modo, lo que quieres de verdad. Todo lo demás es secundario.


No cabe la menor duda de que era un hombre muy inteligente, verdaderamente listo. Otros de la competencia sólo fueron unos listillos copiones que tuvieron más suerte y más salud.

martes, 10 de abril de 2012

El sexto sentido. El sentido del tiempo.


(El tiempo es un ruidoso tic-tac que no se escucha.) 


Tic-taqueamos sin querer, sin pedirlo, sin remedio, en color, en sepia, en blanco y negro, dormidos, despiertos, sentados, ladeados, comiendo, subiendo escaleras, comiendo magdalenas, haciendo pis, mientras nos quejamos o nos bañamos, en un quinto piso o cogiendo el metro. 


Hoy era aquel día que decías que serías mayor. Hace veinte años decías, en 2012 tendré tantos años. Buf, son un montón de años pero todavía queda mucho para eso! Pues no! Ja! Hoy es ese día que soñaste que tardaría. Y no te has dado cuenta. No has podido darle esquinazo.


Un día te levantas por la mañana y estás tomando el sol, con los ojos cerrados, sobre una mesa de madera desteñida por el sol, en esa montaña en la que vives. Tienes quince años. Las preocupaciones de ese día son el chico que te gusta, el examen del jueves y una pizca de inquietud por el sentido de la vida, que está ahí, en paralelo siempre, acompañándote, a veces incordiando, como un sexto sentido que agrupa los otros cinco. Un poco de por qué esto y por qué aquello. Yo lo llamo filosofía de estar por casa. Te llama cuando estás ahí, dándote un baño de luz sobre esa mesa robusta y envejecida. 


También piensas en el futuro. Piensas si siempre harás cosas, si siempre tendrás ganas. Te sientes indolente en ese momento concreto y dudas porque la vida parece tan larga cuando tienes quince años... Son muchas mañanas por delante, y el mismo número de tardes y noches. Todo eso está ahí, en nuestro haber, latiendo bajito... 


Habrá que estudiar, crecer, encontrar esa media naranja o ese medio mandarino, todo depende, habrá que tener hijos, criarlos y ahuyentar sus inquietudes para que sean felices. Y mientras tanto, la vida irá haciendo su curso y te irá transformando. Eso es tarea suya, por lo menos. El levantarse un día con otra cara, otra expresión y otras responsabilidades, en otra casa, tal vez otra ciudad y con otra vida, eso lo traerá la vida en sí misma. Está incluido en el pack de viaje que te dan cuando naces. Tienes esa entrada para subirte al tren, que ya viene echando humo.


Ahí estás, pues, en esa mesa tomando el sol. Pensando en tus cosas etéreas. Y no te das cuenta pero ahí está el minutero tocando las narices, aunque no lo oigas. Te va susurrando: Tic-tac esta es tu vida. Tic-tac vívela mientras exista. Pero tú estás obnubilada rememorando los ojos maravillosos del chico ese, que seguro que es un tarugo pero a ti te parece perfecto. Preocupada porque ese examen está ahí y no le has dado palo al agua. Sumisa en un vaivén de pequeñas confusiones y preguntas sin respuestas. Y también de inseguridades.


De repente abres los ojos, tras ese momento indiscutiblemente tuyo e íntimo de relax, de desconexión, pero para tu sorpresa la mesa curtida ya no está bajo tu espalda. Te incorporas en un banco de un pequeño jardín. Es el jardín de la casa que imaginaste hace millones de años. Las ambigüedades aún bailan por tu cabeza porque sigue siendo la tuya y no la del vecino, aunque son otros desvelos muy distintos: comprar rodilleras en El Corte Inglés porque tus hijos destrozan los pantalones, qué hacer de cena, la reunión del jueves con mi jefe que tengo que preparar... Y un poco más allá, aún, ése sentido de la vida, que se va transformando y se atenúa pero que no caduca.